Tengo una manía muy grande y es la necesidad de tomar notas allá a donde voy. Por eso este 14 de enero, aunque no era mi intención, me vi escribiendo lo que me llamó la atención de lo que nos estaba contando Peter Kaldheim, autor del libro: “El viento idiota” en la Fundación Telefónica. No le conocía, pero me apetecía mucho escuchar hablar a un escritor sobre su obra.
Así comienza la sinopsis del libro El viento idiota:
«La historia real de un hombre que cometió todos los errores posibles, pero encontró la forma de superar la tragedia para construirse una nueva vida.»
En
1987, una tormenta de nieve golpea Nueva York el mismo día que Peter Kaldheim trata de huir de la ciudad. Tras un último fin de semana de excesos, se podría decir que ha tocado fondo. Endeudado con un narcotraficante y con la carretera como única opción, Peter gasta los pocos dólares que le quedan en un billete de autobús que lo lleve lo más lejos posible. Pero ese trayecto será sólo el principio de un viaje mucho más largo, de coche en coche y de costa a costa, sin mirar atrás.»
https://www.planetadelibros.com/autor/peter-kaldheim/000052346
Lo
que inmediatamente me sorprendió fue que esta era ¡su primera obra y tenía 71 años! (realmente es maravilloso comprobar con estos ejemplos, que nunca es tarde) y efectivamente una de las primeras preguntas fue el por qué había tardado tanto en escribir su primer libro.
Lo que me hizo empezar a apuntar en mi libreta con sumo interés fue que, aunque su vida estuvo marcada por el consumo de drogas, de lo que empezó a hablar Peter fue de la falta de autoestima.
-Se llega al consumo de drogas o alcohol o cualquier otra sustancia por llegar a perder la fe en uno mismo, por falta de autoestima y de ahí a la depresión es un paso-
Destacó la importancia de creer en uno mismo, en el propio instinto.
Nos habló del egoísmo de la droga que según él:
-puede con el amor, puede con el tiempo, es destructivo-
terminó diciendo:
–es muy importante ser empático algo que se pierde con la adicción-
Yo no hacía más que preguntarme cómo era posible que un chico que se graduó con «cum laude» en Literatura Inglesa en la prestigiosa universidad privada de Dartmouth College, recién casado, con un trabajo como editor y con el sueño de terminar su primera novela antes de los 25 años, acabase de esta manera, en la calle.
Nos contó que comenzó a deprimirse porque no se veía capaz de terminar su novela y mucho menos antes de los 25 años como se había propuesto. Para sentirse parte del mundo literario, a pesar de que ya trabajaba como editor, se iba de copas donde los escritores solían quedar y bebía con ellos.
La diferencia es que ellos se habían pasado el día escribiendo y se estaban relajando mientras que él terminaba su trabajo como editor y en vez de volver a casa y trabajar por su sueño: escribir, se emborrachaba con ellos, lo que le hacía entrar en un círculo vicioso que lo llevó a probar la cocaína y de ahí comenzó su trágico descenso vital.
Me pareció interesante que una persona con su recorrido vital repitiese varias veces la importancia de la disciplina y de su carencia, responsable de que no pudiese terminar su libro antes.
Nos dijo que sin disciplina es imposible concluir cualquier trabajo artístico, es el esfuerzo necesario para poder comunicarse con otros creativamente. Y esto me pareció curioso, porque se tiene una idea errónea del mundo artístico, como que no hay un gran trabajo detrás, nada más lejos de la realidad.
-No tenía la serenidad necesaria para escribir- terminó explicando.
Nombró varias veces a Jack Kerouac, como cuando por ejemplo comentó que escribir le ayudaba a mejorar su autoestima, tal y como sucedió con el famoso escritor precursor del movimiento Generación Beat o cuando aseguró que leerlo le salvo la vida.
-Le debo mucho- nos dijo.
Debido a su estancia en una de las peores cárceles de EEUU la prisión de la Isla Rikers, nos confesó que ahora era incapaz de ver películas sobre cárceles. No dudo en compartir algunas duras vivencias de su periplo vital.
Otra cosa que me llamó la atención y que también repitió varias veces fue la bondad de los desconocidos, de los que no tenían nada que eran, a veces, los que más compartían y la importancia de la humildad.
-Estas experiencias y estos encuentros me devolvieron la fe en la humanidad-
Comentarios de este tipo me hicieron pensar que tal vez sea verdad eso de que hasta las peores de las experiencias en la vida son necesarias para la evolución de la persona. Lo que sí se trata sin duda, es de un gran aprendizaje vital.
Me gustó comprobar que todo lo comentaba, no desde el morbo ni el dramatismo, sino como una serie de revelaciones humanas, aprendizajes, salpicados de cierto pesar, tristeza y melancolía.
Me conmovió también cuando compartía ciertas anécdotas casi como si fueran un faro del destino que le señalaban o guiaban hacia la salida, como cuando se quedó a dormir en un hostal para pobres que se llamaba “Joyce”
– Me hizo gracia porque yo era un gran admirador de James Joyce – La lectura siempre formó parte de mi vida y en momentos muy difíciles ella me ha ayudado-
En esta charla y entrevista, se encontraba también otro artista fotógrafo Alberto García-Alix (ganador de numerosos premios. Mas información abajo) y la moderadora que era la periodista Lara Hermoso. Twitter: @lhermoso_
Aunque la experiencia vital de Alberto García-Alix se asemeja a la del escritor invitado, en varias ocasiones sus respuestas no coincidieron. Esto sucedió con una en concreto y ello me hizo reflexionar.
La periodista les preguntó que si se arrepentían de lo que habían vivido y Peter contestó sin dudar,que sí y esto mismo es lo que transmitía a lo largo de la entrevista, pesar y arrepentimiento, mezclado con orgullo o alivio o incluso regocijo, por haber salido de ello y haber conseguido por fin su objetivo vital, escribir un libro, sus memorias.
Por el contrario, Alberto García contestó que él no se arrepentía porque no había hecho daño a nadie.
Los dos sin duda supieron salir adelante y en algún momento tomaron la decisión que así fuera y esto mismo fue muy importante escucharlo para mí. Me refuerza en la creencia del poder de nuestra capacidad de decisión. La mente cuando se empeña es fuerte y con ello podemos superar una situación indeseable.
Creo que también ha debido de haber un factor suerte, ya que vivir en la calle no está exento de grandes peligros y suerte también, de que la salud no les hubiera fallado tras todos esos años de excesos.
Es maravilloso que una historia contada, no solo pueda valer como entretenimiento, sino cuando contada con sinceridad vital, puede incluso ayudar a evitar errores que ya han cometido otros o al menos hacernos reflexionar.
Así que, si con algo me quedo de esta conmovedora e inspiradora charla, es que la vida a veces te da una segunda oportunidad y queda claro que todos meremos esa segunda oportunidad. Que así sea.
Dos pequeñas anécdotas finales:
- El título lo tomó de la canción «Idiot Wind» de Bob Dylan publicada en 1975 .
- Ya ha sido contactado por varias productoras de Hollywood para hacer una película basada en sus memorias.
Información sore Alberto García-Alix:
Entrevista a Alberto García-Alix:
POST SOBRE EL EVENTO EN FUNDACIÓN TELEFÓNICA DEL 14 DE ENERO DEL 2020. VER CHARLA COMPLETA AQUÍ :⇓⇓ ⇓ ⇓ ⇓ ⇓ ⇓ ⇓ ⇓ ⇓
nataliasintiendo 
Un comentario en “Tener una segunda oportunidad. El Viento Idiota de Peter Kaldheim.”